La odontopediatría es la rama de la odontología encargada de tratar a los niños. El odontopediatra será, por tanto, el encargado de explorar y tratar a niños y recién nacidos. También se encarga de detectar posibles anomalías en la posición de los maxilares o dientes para remitir al ortodoncista y de hacer un tratamiento restaurador en caso de necesitarlo (generalmente tratar los traumatismos, usar selladores para obturar y tratar las caries producidas y sus consecuencias.

Recomendamos que la primera visita se haga con la aparición del primer diente, no más tarde de los 3 años, para detectar posibles problemas dentales a tiempo y dar pautas de higiene oral, tanto para el niño como para los padres. Además, es importante para que se vaya adaptando a venir a la clínica y vaya perdiendo el “miedo” al dentista.

Acudir solamente si se detecta una caries o cuando el niño tiene molestias es una práctica frecuente, pero nada aconsejable, la importancia recae en la prevención y la corrección de los factores que predisponen a ellas. La mayoría de los niños que acuden a las consultas para revisiones, se convierten en buenos pacientes a la hora de tratarse, ya que conocen al personal y están dispuestos a colaborar. En cambio, cuando llegan por primera vez por un problema y con dolores, la atención se complica. Por ello, recomendamos que las visitas al dentista se hagan anualmente y por revisiones dentales, aunque no haya problemas aparentes.

Puede parecer que tener una caries en un diente de leche no es importante. Las caries en dientes temporales pueden desencadenar dolor, infección o pérdida prematura de piezas, generando problemas en la correcta erupción de los dientes definitivos y haciendo que el niño/a sufra con molestias o dolor. Si el diente temporal está a punto de caerse y la caries es pequeña, podemos ver la evolución y esperar a que caiga.

Antes de que aparezca el primer diente, se deben limpiar las encías del bebé después de cada toma. Para ello, se puede usar una gasa humedecida.

Cuando empiezan a aparecer los primeros dientes, se recomienda usar usar un cepillo sin pasta dentífrica hasta los 2 años. Nunca se debe dejar que el niño esté largos periodos o se quede dormido con el biberón, pues el contacto prolongado con los azúcares de la leche predispone a la aparición de caries.

A partir de los 2 años, se empieza a usar la pasta dental infantil en pequeñas cantidades. Es importante que no se use pastas de adulto porque las concentraciones de flúor no son las indicadas para los niños.

Sí, por ello debemos evitar la contaminación por saliva de padres a hijos. Con gestos tan sencillo como no limpiar el chupete con vuestra boca o soplar directamente la comida para enfriar, así como no compartir cepillo dental o no dar besos en los labios a nuestros hijos conseguimos no transmitirles nuestras bacterias. Esto es muy importante en los primeros dos años de vida.

Sí, desde la aparición de los primeros dientes permanentes se recomienda realizar fluorizaciones cada seis meses en la revisión del odontopediatra.

Sí, siempre con los productos que se adapten a las necesidades del niño en cada edad.

El coste de un tratamiento es algo que siempre nos preocupa, pero para ello es necesario realizar una primera valoración por nuestros especialistas para ver tu caso en particular.

En DENTISANA ofrecemos varias formas de pago flexibles como por ejemplo financiación sin intereses o descuento por pronto pago. Y si ninguna de estas facilidades se adapta a tus necesidades, nos adaptamos a ti para que el coste no sea un problema.

La periodoncia es la especialidad de la odontología que se encarga de mantener la integridad del sistema de soporte de los dientes, es decir, la encía, el ligamento periodontal y el hueso que lo rodea. Los procedimientos propios de la periodoncia van dirigidos al tratamiento de la enfermedad periodontal, que comprende desde una ligera inflamación de la encía (gingivitis) hasta la pérdida de dicho soporte como es el hueso (periodontitis, conocida comúnmente como “piorrea”).

Es una enfermedad periodontal leve que causa irritación, enrojecimiento e hinchazón (inflamación) de la parte de las encías que rodea la base de los dientes. Si la gingivitis no se trata adecuadamente, puede evolucionar a una enfermedad periodontal severa (periodontitis) e incluso a la pérdida dentaria.

Es una enfermedad periodontal severa que comprende la infección grave de las encías y que daña tanto el tejido blando como el tejido duro que sostiene los dientes.

En la mayoría de los casos puede mantenerse detenida y evitar el riesgo de reactivación mediante la cooperación por parte del paciente en el mantenimiento de una buena higiene oral y en la realización de citas de mantenimiento periodontal.

Si la periodontitis no se detecta de manera precoz y se trata adecuadamente con los controles necesarios, puede provocar el aflojamiento de los dientes y su posterior pérdida dentaria.

La enfermedad periodontal es una enfermedad crónica que afecta a los tejidos de soporte del diente, tanto tejido blando (encía) como duro (hueso). Esta enfermedad cursa con inflamación, sangrado y pérdida ósea, llegando incluso a provocar la pérdida dentaria.

La enfermedad periodontal es un proceso patológico de curso crónico en la que intervienen una serie de factores infecciosos, hereditarios, inmunológicos, etc. Si no se realiza el tratamiento adecuado, produce la inflamación de las encías, la pérdida de hueso e incluso de dientes.

Hay que decir que la gingivitis es una enfermedad que únicamente afecta a las encías y se puede solucionar a través de un tratamiento específico en el cual la higiene oral es una de las medidas imprescindibles, mientras que en el caso de la periodontitis hay que destacar que además de dañar las encías afecta al hueso de soporte y al ligamento periodontal, siendo una situación que en muchos casos de vuelve irreversible y que, si no se trata, acabará causando la pérdida dentaria.

La enfermedad periodontal está muy relacionada con un tipo de bacterias, las cuales se pueden transmitir a otras personas mediante contacto directo de la saliva.

Por norma general se recomienda realizar revisiones cada seis meses. Sin embargo, si tienes enfermedad periodontal o predisposición a ella, nuestra especialista te indicará la frecuencia con la que debes realizar tus revisiones, desde controles mensuales hasta semestrales.

Nuestra especialista te explicará cómo debes cuidarlas y cómo mantener una buena higiene bucodental. Es muy importante que sigas nuestras indicaciones y que acudas a las revisiones rutinarias para que no empeore la enfermedad periodontal.

Consiste en la realización de dos procedimientos. Por una parte realizamos una exploración clínica de los tejidos periodontales mediante un instrumento llamado sonda periodontal con el cual medimos la profundidad de las bolsas periodontales, es decir, la pérdida de hueso. Estas mediciones las registramos en una ficha virtual llamada periodontograma, donde podremos visualizar todas las zonas analizadas y poder comparar en el tiempo los resultados del tratamiento periodontal recibido y la evolución de la enfermedad periodontal.

Por otra parte realizamos una serie radiográfica que consiste en 18 radiografías pequeñas de detalle de cada una de las zonas donde se encuentran los dientes y su soporte, para poder visualizar todos los dientes presentes en la cavidad bucal.

No, esto no es normal. Si sangran las encías es porque están inflamadas y por tanto te están avisando de que hay un problema.

Esto puede ser a causa de múltiples factores, pero entre ellos está la enfermedad periodontal.  Habría que realizar un diagnóstico preciso por parte de un odontólogo especialista para poder determinar la causa y evitar que empeore la situación.

Lo primero que hay que hacer es averiguar la causa de este problema, entre ellos encontramos: encías retraídas, empastes grandes o mal adaptados y desgastes dentales. Es importante detectar la causa y ponerle solución para evitar que empeore la situación. Además, podemos combinarlo con el uso de pastas para dientes sensibles que, gracias a sustancias como el nitrato potásico, ayudan a reducir la sensibilidad.

Sí. La enfermedad periodontal afecta al tejido de soporte del diente y si no se realiza el tratamiento necesario y los controles periódicos recomendados puede producirse el aflojamiento dentario y su posterior pérdida.

Por lo general, en un paciente periodontal no se puede recuperar el hueso perdido. Es por esto que el principal objetivo del tratamiento periodontal es detener la progresión de la pérdida ósea y, por tanto, mejorar el pronóstico de los dientes a largo plazo. Aun así, en determinadas situaciones, dependiendo el tipo de pérdida ósea que se produzca, sí que somos capaces de regenerar el hueso perdido mediante la aplicación de sustitutos óseos que favorecen la formación de nuevo hueso.

El coste de un tratamiento es algo que siempre nos preocupa, pero para ello es necesario realizar una primera valoración por nuestros especialistas para ver tu caso en particular.

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Sí, porque el cepillo eléctrico nos permite con sus movimientos de rotación y oscilación un mejor cepillado por todas las caras del diente y nos permiten también controlar la fuerza utilizada que, en el caso de que sea excesiva, puede generarnos recesiones de encía o abrasión del diente.

Con el cepillado dental podemos conseguir hasta el 60% de la higiene, pero es aconsejado utilizar complementos como el hilo dental, los cepillos interproximales y los irrigadores bucales para conseguir el 40% restante. En Dentisana, nuestra especialista te explicará cómo debes cuidar tus encías y cómo mantener una buena higiene bucodental.

El blanqueamiento dental es un tratamiento de odontología estética que tiene por objetivo eliminar las manchas dentales y hacer que la dentición adquiera una tonalidad más blanca, brillante y luminosa. La actual popularidad de la estética ha convertido a este procedimiento odontológico en uno de los más solicitados de los últimos años.

Generalmente hay dos tipos de blanqueamiento dental: el domiciliario o ambulatorio y el profesional.

El blanqueamiento domiciliario consiste en la aplicación por parte del paciente de un producto blanqueante a baja concentración en unas férulas que fabricamos a medida. Se aplica diariamente durante 2-3 horas y el tratamiento suele durar entre 6 y 8 semanas.

El blanqueamiento profesional consiste en una sesión en la clínica dental en la que aplicamos un producto blanqueante más potente se activa con una lámpara de luz azul para que sea más efectivo. Las semanas posteriores se aplica por parte del paciente el producto domiciliario durante 1-3 horas y el tratamiento suele durar entre 2 y 4 semanas.

Ambos tratamientos están siempre supervisados por la odontóloga especialista y ella será quien determine qué tratamiento está indicado para cada caso en particular.

En DENTISANA, para el blanqueamiento dental profesional trabajamos con la lámpara Philips Zoom, una de las mejores del mercado. Consiste en una luz led que activa el producto blanqueador que aplicamos en los dientes para que lo active y efectúe un blanqueamiento efectivo en menos tiempo.

Hay muchas causas. Las más frecuentes son el envejecimiento de los dientes y el consumo de sustancias que provocan manchas, como el café, té, bebidas de cola, tabaco, vino tinto, etc. Durante la fase de formación de los dientes en nuestra infancia, el consumo de tetraciclina, ciertos antibióticos o el exceso de flúor también puede ocasionar decoloración dental.

Casi todos. Sin embargo, el tratamiento tal vez no sea tan eficaz en algunas personas. Además, el blanqueamiento no es recomendable para menores de 18 años ni mujeres embarazadas o lactantes.

Es papel del especialista determinar si este tratamiento está recomendado para cada caso en particular, mediante un diagnóstico completo.

Sí. Extensas investigaciones y estudios clínicos indican que el blanqueamiento dental bajo supervisión de un odontólogo es seguro. De hecho, muchos odontólogos consideran que el blanqueamiento dental es el procedimiento estético más seguro que existe y el más conservador, ya que dejamos intacto el diente.

Nunca es doloroso, pero en ocasiones puede ser molesto por la sensibilidad. Por esta razón, utilizamos productos desensibilizantes para que el proceso sea lo menos molesto posible e incluso no tengas ningún síntoma. En la primera visita con nuestra especialista realizaremos un diagnóstico personalizado y te recomendaremos el tratamiento más adecuado para ti.

Sí. Podemos usar pastas, geles y colutorios antes y durante el blanqueamiento dental para evitar que aparezca la sensibilidad dental.

No se recomienda tomar alimentos o bebidas que puedan teñir los dientes como café, infusiones, vino, curry, frutos rojos, chocolate negro, salsa de soja, tinta de calamar, etc. Además, se recomienda no fumar durante el proceso o reducir el hábito al mínimo.

Con el protocolo que llevamos a cabo para el tratamiento de blanqueamiento dental en Dentisana no suele ser necesario volver a realizar un blanqueamiento completo ya que los dientes no vuelven a adquirir la coloración que presentaban antes. Sí que podemos hacer un tratamiento de mantenimiento cuando sea necesario.

No es recomendable ya que son tratamientos que no monitoriza ningún profesional adecuadamente formado y experimentado, y que pueden causar algún daño como abrasiones en la encía o dañar tu esmalte dental. Son mucho más económicos pero, al no ser proporcionado por un odontólogo, la concentración del producto es mucho más baja por lo que los resultados no suelen ser los deseados.

No, el producto blanqueante solo hace efecto sobre el diente natural. Tanto los empastes como las prótesis (coronas, incrustaciones, carillas, puentes,…) son materiales artificiales que no pueden cambiar su color con el efecto del agente blanqueador.

Se puede realizar, pero recomendamos realizar el blanqueamiento después del tratamiento de ortodoncia una vez están los dientes en su posición definitiva perfectamente alineados.

Esto puede ser por varias causas: por un traumatismo dental (golpe), por una caries, o por tratamientos anteriores (endodoncia, amalgama de plata).

Son finas láminas de cerámica o de composite que se colocan cubriendo toda la superficie frontal de los dientes. Son una solución dental utilizada para mejorar la estética bucal; en concreto, permiten corregir problemas en el tamaño, forma o color de los dientes. Las de cerámica se hacen en el laboratorio y se unen fuertemente al diente con un cemento especial. Las de composite se hacen a mano alzada en una sola visita.

Están indicadas para todos los pacientes que deseen mejorar la estética de su sonrisa. Es el especialista quien determina, mediante un examen clínico y un estudio estéticos, si el tratamiento está indicado en tu caso y qué tipo de carillas se adaptan mejor a tus necesidades.

Es un tratamiento tan poco invasivo que solo necesita una mínima preparación del diente para poder adaptarlas y adherirlas. Además, con unas carillas conseguimos mejorar el aspecto de una sonrisa notablemente, siempre y cuando estén indicadas.

La cerámica ofrece una alta resistencia, por lo tanto, si las condiciones bucales son óptimas, durarán lo que dure tu diente. Hay que tener en cuenta las condiciones en que se encuentra cada boca y los hábitos del paciente. El especialista te indicará si es recomendable ponerlas o no.

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Se trata de una raíz artificial de titanio que sustituye a la raíz natural de un diente. Sobre él se coloca la corona (diente artificial) de forma fija, permitiendo una mejor masticación, estética y fonación.

Los implantes dentales son una alternativa muy natural, siendo una solución para muchos años sin interferir en tu vida diaria. Podemos decir que es la opción más parecida a un diente natural.

Cuando hemos perdido una pieza dental y la queremos reponer con un puente, hay que darle forma a los dientes adyacentes para que el puente encaje en esos dientes con lo que quitamos esmalte sano y debilitamos dichos dientes.

Sin embargo, si colocamos un implante es un tratamiento mucho más conservador ya que no interferimos en el estado de las piezas vecinas y permite tener una mejor higiene y función.

Las dentaduras postizas presentan muy frecuentemente problemas de fijación, además de provocar incómodas heridas.

Los tratamientos con implantes son los que ofrecen mejores resultados de duración, confort y estética a la hora de sustituir dientes naturales.

La implantología permite restituir una, varias o todas las piezas dentales. En el maxilar superior suele ser suficiente con colocar 6 u 8 implantes y sobre ellos una prótesis fija. En la mandíbula suele bastar con 4 o 6 implantes para fijar la prótesis.

No. En la inmensa mayoría de casos podemos realizar la extracción de uno o más dientes y su sustitución inmediata por uno o varios implantes, son los denominados implantes postextracción. Esta técnica permite conservar mayor cantidad de hueso y facilitar la osteointegración. Además, acorta el periodo de tratamiento, ya que con la técnica convencional de implantes, se debería esperar de 2 a 6 meses entre la extracción del diente y la colocación del implante.

En algunos casos excepcionales, como por ejemplo cuando no hay suficiente hueso o cuando hay mucha infección, no es posible colocar el implante el mismo día de la extracción y hay que realizarlo en momentos diferentes.

Con la técnica convencional hay que esperar de 4 a 6 meses entre la colocación de los implantes y los dientes fijos. Sin embargo, con la técnica inmediata se pueden colocar los implantes y los dientes fijos en el mismo día, lo que aumenta la calidad de vida del paciente.

La alta cualificación del equipo DENTISANA hace que sea posible la colocación de implantes incluso en pacientes con falta de hueso en los maxilares. Utilizamos tratamientos mínimamente invasivos que permiten que estas personas puedan disfrutar también de unos dientes fijos sobre implantes.

¡En absoluto! La anestesia local es suficiente para realizar nuestros tratamientos de implantes sin que el paciente sienta dolor. Además, para casos de elevada ansiedad ofrecemos la sedación consciente. Se trata de un complemento a la anestesia local que permite al paciente permanecer relajado durante la colocación de los implantes.

El tratamiento de implantes y dientes fijos en un día permite reincorporarse inmediatamente a la vida social y laboral.

Actualmente con el equipo DENTISANA es posible. Nos diferenciamos por llevar a cabo la implantología inmediata, que permite que el paciente disfrute de unos dientes fijos y estéticos, sobre los implantes recién colocados a las pocas horas de la intervención.

Con la implantología inmediata recuperas de inmediato la estética y la masticación e incluso podrás comer una dieta semisólida el mismo día del tratamiento. Estos detalles mejoran ostensiblemente la calidad de vida del paciente.

¡Por supuesto! Si se pierde un diente, aunque esté en una zona no visite, y no se repone, habrá una desestructuración de la arcada dental. Esto conllevará una peor masticación, desgaste del resto de dientes y daños en las encías, que solamente se evitan al reemplazar la pieza perdida.

No. Esta prótesis, que se coloca el mismo día de la colocación del implante, cumple la función de estética y masticación casi igual que la prótesis definitiva, pero se mantiene solo durante el proceso de cicatrización del implante. Cuando pasan 3 o 4 meses después de la colocación, colocamos una prótesis fija definitiva para que sea como un diente natural.

Al colocar el implante, éste tiene que cicatrizar integrándose al hueso y también tiene que cicatrizar la encía. El proceso de cicatrización suele durar unos 3 o 4 meses, a partir del cual ya tendremos el implante perfectamente integrado y la encía perfectamente cicatrizada, momento en el que podremos tomar medidas para la corona definitiva y hacer que ésta adapte perfectamente a los tejidos.

Si colocásemos la prótesis definitiva desde el principio, ésta se desajustaría y tendríamos que volver a realizarla de nuevo.

Al mismo tiempo que funcionan y se asimilan a los dientes naturales, también requieren de un mantenimiento y control como éstos para prevenir y evitar que aparezcan problemas como el desajuste o la pérdida de hueso.

El coste de un tratamiento es algo que siempre nos preocupa, pero para ello es necesario realizar una primera valoración por nuestros especialistas para ver tu caso en particular.

En ofrecemos varias formas de pago flexibles como por ejemplo financiación sin intereses o descuento por pronto pago. Y si ninguna de estas facilidades se adapta a tus necesidades, nos adaptamos a ti para que el coste no sea un problema.

Muchos pacientes se preguntan si los implantes dentales son una solución definitiva. Todos los estudios realizados confirman unos resultados de duración, confort y estética superiores a los que ofrecen otro tipo de opciones para sustituir dientes perdidos o sustituir dientes que están en una situación irrecuperable.

Como en cualquier tratamiento odontológico o médico los resultados a largo plazo dependen de muchos factores. Entre ellos, el protocolo y técnica utilizados además de otros factores que van más allá de los puramente técnicos y que influyen en el futuro del tratamiento como las condiciones anatómicas y fisiológicas, los hábitos del paciente y el mantenimiento personal (higiene).

Una de las metas de la implantología inmediata es replicar la naturaleza. De esta forma, si no sentimos nada especial con nuestros dientes naturales, tampoco sentiremos nada especial al llevar implantes. Para ello se requiere un adecuado diseño de la prótesis, el empleo de materiales adecuados y un buen ajuste pasivo, es decir, que al atornillar la prótesis no se cree ninguna tensión sobre los implantes.

El tratamiento endodóntico es necesario cuando la pulpa dental se inflama o se infecta. Esto puede ocurrir por varias causas: caries profunda, traumatismos o fracturas en el diente y por otros procesos patológicos que puedan afectar al diente. Si no se trata la inflamación o la infección de la pulpa, puede presentarse dolor intermitente o constante y, a veces, puede aparecer un flemón (con hinchazón de la encía de la mucosa oral) o una fístula (con supuración).

En la mayoría de los casos los tratamientos pulpares pueden realizarse en una sola sesión, si bien en algunas ocasiones dependiendo de la situación clínica, la dificultad técnica del caso, la experiencia del profesional u otros parámetros, pueden hacer necesarias dos o más sesiones, siempre a juicio del / de la profesional que lo realiza.

Estos tratamientos suelen ser prácticamente indoloros, ya que a día de hoy se utilizan anestésicos locales muy eficaces y de larga duración.

Durante los primeros días después del tratamiento podrá notar sensibilidad o molestia en el diente, debido a la inflamación postoperatoria de los tejidos que rodean al diente. En estos casos su doctor/-a, le recetará la medicación adecuada.

Se debe intentar no masticar o morder con el diente tratado hasta se realice la restauración definitiva del diente (“empaste” o reconstrucción). Es fundamental no demorar en exceso la restauración de los dientes tras el tratamiento de conductos para evitar cualquier complicación o fractura de los mismos.

Es importante acudir a la doctora especialista para realizar las revisiones periódicas cada seis meses  para evitar la aparición de caries u otros factores que pudieran influir en el pronóstico del diente tratado. El cual, se comportará igual que los demás tanto en su función como en su duración, requiriendo los mismos cuidados de higiene, prevención y revisiones periódicas que cualquier otro diente.

Después de una terapéutica de este tipo, el diente tratado y correctamente restaurado no es más frágil. En los casos de dientes posteriores (premolares y molares), puede ser conveniente proteger la corona del diente (la parte visible, que sobresale de la encía) mediante reconstrucciones adecuadas, para una mayor durabilidad de los mismos.

No sólo se puede sino que, en la mayoría de las ocasiones, es el tratamiento idóneo para resolver este problema. Un flemón se produce por la existencia de un proceso infeccioso en los tejidos que rodean el diente, muchas veces debido a una enfermedad de la pulpa. Con el tratamiento se elimina la pulpa que está enferma de manera irreversible y se consigue la desinfección de los conductos del diente.

Cada caso es diferente, pero los síntomas pueden más frecuentes son un dolor intenso o hipersensibilidad al frío o al calor. A veces no se producen síntomas y el problema se detecta en la consulta del odontólogo cuando se realiza una revisión del estado general de la dentadura.

Este tratamiento consiste en retirar la parte blanda del diente (los conductos) que están afectados y nos causan dolor. Procederemos pues a limpiar todas las bacterias y sellar nuevamente para poder seguir manteniendo el diente en cuestión.

Casi siempre en la mayoría de los casos se recomienda, ya que al realizarse una endodoncia dado su gran caries como la retirada del nervio debilitamos su estructura y a la larga no aguantarian las fuerzas masticatorias por lo que es recomendable ponerlas para que las restauraciones no se nos rompan.

La diferencia es que para realizarnos una corona debemos tallar gran parte del diente para realizar un recubrimiento completo y la incrustación solo necesitamos tallar la parte oclusal es decir la zona por donde masticamos que es la que más carga tiene y suplir la  con una resina.

En ocasiones aunque los tratamientos estén bien realizados siguen quedando bacterias por lo que se vuelve a crear una pequeña infección. Es recomendable repetirla ya que aunque no nos duela porque este desvitalizado nos puede seguir causando daños.

Este tratamiento solo se realizará si el tratamiento es de otra clínica, dado que como nosotros no lo hemos realizado no sabemos la fiabilidad de este. Es recomendable por el motivo de que si hay una infección en ese diente si ya hemos colocado la corona tendríamos que perforar la o romperla para poder realizar esa reendodoncia.

El tratamiento endodóntico es necesario cuando la pulpa dental se inflama o se infecta. Esto puede ocurrir por varias causas: caries profunda, traumatismos o fracturas en el diente y por otros procesos patológicos que puedan afectar al diente. Si no se trata la inflamación o la infección de la pulpa, puede presentarse dolor intermitente o constante y, a veces, puede aparecer un flemón (con hinchazón de la encía de la mucosa oral) o una fístula (con supuración).

Señales de una pulpa dañada incluyen: dolor, sensibilidad prolongada al frío o al calor, cambios de color, e hinchazón y molestia en las encías de alrededor del diente. A veces, no hay síntomas.

También podría estar aconsejado el tratamiento endodóntico en dientes que requieran tallados para la posterior colocación de coronas o puentes fijos.

Es un/-a odontólogo/-a o estomatólogo/-a que tiene los conocimientos y los medios técnicos adecuados para la realización de cualquier tipo de tratamiento dentro del campo de la Endodoncia, desde los casos más sencillos hasta los más complejos, retratamientos y cirugía endodóntica.

Los endodoncistas también tienen experiencia para encontrar la causa del dolor oral y facial que no ha sido fácil de diagnosticar.

Hoy en día se trabaja con materiales y tecnología de vanguardia tales como magnificación o sistemas avanzados de imagen digital y de tomografía dental computarizada de haz cónico.

Primero se realiza el examen clínico y radiográfico. A continuación, se administra anestesia local. Luego se coloca un dique de goma para mantener el diente aislado, limpio y sin contacto con la saliva durante el procedimiento.

Seguidamente, se hace una apertura en la corona del diente para acceder a los conductos donde se encuentra la pulpa. Se usan unos instrumentos y una solución irrigadora desinfectante para limpiar la pulpa de los conductos radiculares. Después, estos se rellenan con un material biocompatible, generalmente gutapercha con un cemento, para asegurar un sellado completo de los conductos. Para finalizar se coloca una restauración temporal o definitiva (“empaste” o reconstrucción de la apertura realizada y de la porción de la corona que pudiera necesitarla).

En la mayoría de los casos los tratamientos pulpares pueden realizarse en una sola sesión, si bien en algunas ocasiones dependiendo de la situación clínica, la dificultad técnica del caso, la experiencia del profesional u otros parámetros, pueden hacer necesarias dos o más sesiones, siempre a juicio del / de la profesional que lo realiza.

Estos tratamientos suelen ser prácticamente indoloros, ya que a día de hoy se utilizan anestésicos locales muy eficaces y de larga duración.

Durante los primeros días después del tratamiento podrá notar sensibilidad o molestia en el diente, debido a la inflamación postoperatoria de los tejidos que rodean al diente. En estos casos su doctor/-a, le recetará la medicación adecuada.

No sólo se puede sino que, en la mayoría de las ocasiones, es el tratamiento idóneo para resolver este problema. Un flemón se produce por la existencia de un proceso infeccioso en los tejidos que rodean el diente, muchas veces debido a una enfermedad de la pulpa. Con el tratamiento se elimina la pulpa que está enferma de manera irreversible y se consigue la desinfección de los conductos del diente.

Se debe intentar no masticar o morder con el diente tratado hasta se realice la restauración definitiva del diente (“empaste” o reconstrucción).

Es fundamental no demorar en exceso la restauración de los dientes tras el tratamiento de conductos para evitar cualquier complicación o fractura de los mismos.

Es importante que acuda a su dentista periódicamente (al menos, una revisión anual) para evitar la aparición de caries u otros factores que pudieran influir en el pronóstico del diente tratado. El cual, se comportará igual que los demás tanto en su función como en su duración, requiriendo los mismos cuidados de higiene, prevención y revisiones periódicas que cualquier otro diente.

Después de una terapéutica de este tipo, el diente tratado y correctamente restaurado no es más frágil. En los casos de dientes posteriores (premolares y molares), puede ser conveniente proteger la corona del diente (la parte visible, que sobresale de la encía) mediante reconstrucciones adecuadas, para una mayor durabilidad de los mismos.

La mayoría de los dientes tratados duran tanto como los otros dientes. En pocos casos, un diente que ha sido sometido a un tratamiento endodóntico no se cura o el dolor continúa. En otras ocasiones, el diente puede doler o enfermarse meses o hasta años después de un tratamiento. Ante estas situaciones, puede ser necesario repetir el tratamiento endodóntico (reendodoncia) o realizar un tratamiento quirúrgico periapical (en el extremo de la raíz del diente).

La prioridad debe ser la de intentar que se mantengan los dientes naturales. Cuando no es posible, la alternativa es la extracción dentaria y su sustitución por un implante con la correspondiente rehabilitación protética.

Las únicas contraindicaciones para no mantener un diente en la boca por medio de un tratamiento endodóntico son: la presencia de una fractura insalvable del diente, imposibilidad de ser restaurado o de acceder a los conductos radiculares (por calcificaciones o variaciones anatómicas), que exista una proporción desfavorable entre la corona y la raíz, o que el diente no tenga un soporte de hueso adecuado.

Cada caso es diferente, pero los síntomas pueden más frecuentes son un dolor intenso o hipersensibilidad al frío o al calor. A veces no se producen síntomas y el problema se detecta en la consulta del odontólogo cuando se realiza una revisión del estado general de la dentadura.

Muchas fracasan porque los conductos del nervio no están bien sellados.

Esto significa que la raíz no tiene la gutapercha (que es lo que sustituye al nervio) justo hasta el final.

Para que una endodoncia vaya bien es muy importante que se mida muy bien el conducto que se limpie muy bien y que se rellene exactamente lo que sea necesario.Ni nos podemos quedar cortos ni pasarnos.

Si nos pasamos o nos quedamos cortos dolora y habrá que reendodonciar (volver a sustituir las gutaperchas ) , hacer una apicectomia (amputar la punta de la raíz mediante cirugía

El tratamiento de ortodoncia es necesario cuando hay una malposición de los dientes o un problema en el desarrollo de los huesos maxilares, ya que ambas pueden producir deformidades faciales, mayor tendencia a caries y a la inflamación de las encías, dificultad para la masticación, desgastes o fracturas indeseadas y un problema estético.

En los pacientes en crecimiento en los que nos centramos normalmente en tratamientos ortopédicos, la duración suele estar entre 6 y 18 meses, según el tipo de tratamiento y la respuesta obtenida por el paciente.

En los pacientes adultos los tratamientos suelen durar entre 6 y 24 meses, dependiendo de la complejidad de la maloclusión que presente.

La duración del tratamiento que estimará la especialista es aproximada. En ocasiones se puede tanto alargar como acortar respecto a la duración planificada. Esto depende principalmente de dos factores. El primero es la colaboración por parte del paciente, que es fundamental para poder conseguir los objetivos planificados.

El segundo factor es que cada paciente es individual y tiene unas características anatómicas y biológicas específicas, por lo que en unos pacientes los movimientos se producen más rápido que en otros.

Por lo general hay que tener una higiene más cuidadosa y se debe acudir a las revisiones necesarias con la odontóloga general, que normalmente suele ser necesaria cada 6 meses.

Además, con algún tipo determinado de ortodoncia como pueden ser los brackets, hay que tener mucho cuidado de no comer cosas duras, pegajosas o crujientes para evitar dañar o romper el aparato.

El coste de un tratamiento es algo que siempre nos preocupa, pero para ello es necesario realizar una primera valoración por nuestros especialistas para ver tu caso en particular.

En DENTISANA ofrecemos varias formas de pago flexibles como por ejemplo financiación sin intereses o descuento por pronto pago. Y si ninguna de estas facilidades se adaptan a tus necesidades, nos adaptamos a ti para que el coste no sea un problema.

Sí pero dependiendo del tipo de aparato que lleves hay que tener ciertas precauciones. Si llevas ortodoncia fija (brackets) hay que tener cuidado en los deportes donde hay riesgo de recibir un golpe ya que podríamos clavarnos el aparato en el labio o mejilla. Si llevas ortodoncia invisible o aparato removible no suele haber ningún problema porque si molesta podemos retirar el aparato en el momento de realizar la actividad deportiva.

Dependiendo del tipo de aparato que lleves. Por norma general, no se recomienda consumir con frecuencia alimentos con alto contenido en azúcares. Si además llevas ortodoncia fija con brackets, debes evitar todos los alimentos que sean duros, pegajosos o crujientes para evitar deformar o romper el aparato.

Normalmente las revisiones se realizan con una frecuencia de entre 6 y 10 semanas, dependiendo del tipo de aparato que lleves y del momento del tratamiento en el que nos encontremos.

Los dientes siempre están en continuo movimiento, incluso cuando no hemos llevado ortodoncia. Por ello es importante saber que la fase de retención posterior al tratamiento de ortodoncia es “para siempre”. Al finalizar el tratamiento colocaremos los retenedores, tanto fijos como removibles, y además realizaremos revisiones periódicas para realizar el mantenimiento de los mismos y poder detectar a tiempo cualquier pequeño movimiento que se esté produciendo en la boca. Para ello realizamos un registro en 3D con nuestro escáner intraoral iTero y lo superponemos con el de tu última visita, así podemos observar si ha habido algún cambio en tus dientes por pequeño que sea.

Por supuesto. Seguiremos el procedimiento habitual de primera visita y valoraremos tu caso para poder realizar un diagnóstico y un plan de tratamiento adaptado a tus necesidades.

Sí, lo único que tenemos que tener en cuenta es que el implante, al estar integrado en el hueso, no se va a mover por lo que puede que nos limite en los movimientos a realizar en el tratamiento de ortodoncia. Planificaremos todo con detalle para que nos obstaculice lo menos posible.

El tratamiento de ortodoncia es necesario cuando hay una malposición de los dientes o un problema en el desarrollo de los huesos maxilares, ya que ambas pueden producir deformidades faciales, mayor tendencia a caries y a la inflamación de las encías, dificultad para la masticación, desgastes o fracturas indeseadas y un problema estético.

Sí, siempre y cuando se realice un buen diagnóstico y plan de tratamiento y haya colaboración por parte del paciente.

Se recomienda que los niños visiten por primera vez al ortodoncista a partir de los 3 años, cuando ya tenemos todos los dientes de leche erupcionados, y no más tarde de los 6 años, momento en el que comienza a recambiar los dientes de leche por los definitivos. En esta primera visita se evaluarán posibles problemas de crecimiento como un paladar estrecho, falta de espacio para los dientes o posibles hábitos orales.

La mayoría de los pacientes reciben el tratamiento de ortodoncia durante el periodo que transcurre entre la niñez y la adolescencia, de los 6 a los 14 años, en función del crecimiento del maxilar y la mandíbula y de la salida de las piezas dentales permanentes.

En niños solemos tratar en mayor medida los problemas de hueso haciendo uso de la ortopedia dentofacial. Si detectamos de forma precoz un problema de crecimiento, podemos tratarlo en el momento para así redireccionarlo y permitir que evolucione correctamente.

Una vez llegados a la adolescencia y completado el recambio dental, con todos los dientes permanentes en boca, podemos necesitar algún tipo de ortodoncia para alinear las piezas dentales y hacer que muerdan bien.

En niños el tratamiento va encaminado a redirigir el crecimiento de los huesos maxilares y a facilitar la erupción de los dientes permanentes, por lo que podemos corregir cualquier maloclusión que nos impida el correcto desarrollo de las estructuras óseas y de las piezas dentarias como por ejemplo mordida cruzada, mordida abierta o falta de espacio y apiñamiento.

Según la edad del niño y el problema a corregir, podemos diferenciar los tratamientos en 3 tipos:

• Tratamiento PREVENTIVO: Consiste en eliminar cualquier hábito oral que esté impidiendo el correcto desarrollo, sobre todo en dentición temporal.
• Tratamiento INTERCEPTIVO: Tiene como objetivo mejorar la posición y el tamaño de las bases óseas maxilares y facilitar la erupción de los dientes permanentes para un correcto crecimiento, durante la etapa de recambio dental que suele ser desde los 6 hasta los 11 años.
• Tratamiento CORRECTIVO: se basa en alinear y nivelar las piezas dentales para mejorar su posición y engranaje a la hora de masticar, indicado cuando ya se ha completado la erupción de las piezas permanentes.

Si tenemos un problema óseo o dentario que nos está impidiendo el correcto crecimiento craneofacial del niño es muy importante detectarlo de forma precoz y corregirlo para poder permitir el correcto desarrollo durante el periodo de crecimiento.

Si no corregimos una maloclusión y/o un hábito anómalo de manera temprana, no va a haber una función adecuada ni un correcto crecimiento de las estructuras óseas y el desarrollo de la dentición. Cuanto más se alargue en el tiempo, más efectos irreversibles se van a producir y más complejo va a ser el tratamiento en el futuro.

Lo más importante es, aún sin detectar ningún problema aparente en la boca del niño/a, acudir a un especialista entre los 3 y 6 años para poder detectar de forma precoz cualquier problema que nos impida el correcto desarrollo óseo-dentario. En ocasiones podemos no observar ningún problema aparente en la boca del niño, pero puede que sea necesario un tratamiento temprano.

Dentro del tratamiento de ortodoncia en niños hay una gran variedad de aparatos para poder adaptarnos a los problemas individuales que presenta cada uno. Los más utilizados son el disyuntor (para expandir el paladar), el aparato funcional de avance mandibular y los alineadores Invisalign First.

Con un tratamiento de ortodoncia en niños, por lo general, las revisiones se realizan cada 4 u 8 semanas, dependiendo del tipo de aparato que lleve y del momento del tratamiento en el que nos encontremos.

En los pacientes en crecimiento en los que nos centramos normalmente en tratamientos ortopédicos, la duración suele estar entre 6 y 18 meses, según el tipo de tratamiento y la respuesta obtenida por el paciente.

La duración del tratamiento que estimará la especialista es aproximada. En ocasiones se puede tanto alargar como acortar respecto a la duración planificada. Esto depende principalmente de dos factores. El primero es la colaboración por parte del paciente, que es fundamental para poder conseguir los objetivos planificados.

El segundo factor es que cada paciente es individual y tiene unas características anatómicas y biológicas específicas, por lo que en unos pacientes los movimientos se producen más rápido que en otros.

Por lo general hay que tener una higiene más cuidadosa y se debe acudir a las revisiones necesarias con la odontóloga general, que normalmente suele ser necesaria cada 6 meses.

Además, con algún tipo determinado de ortodoncia como pueden ser los brackets, hay que tener mucho cuidado de no comer cosas duras, pegajosas o crujientes para evitar dañar o romper el aparato.

Normalmente en los niños lo mejor para mantener los resultados obtenidos con un tratamiento es la propia masticación equilibrada del paciente y la eliminación de hábitos orales. En algunos casos, podemos utilizar el mismo aparato para dormir durante unos meses para mantener el efecto conseguido.

No. El objetivo del tratamiento en la infancia es redirigir el crecimiento de los huesos maxilares y facilitar la erupción de los dientes permanentes, permitiendo una correcta función masticatoria. Cuando termine el crecimiento o cuando tenga ya todos los dientes permanentes, puede que necesite una segunda fase de tratamiento correctivo para alinear los dientes y conseguir una buena oclusión dental.

Si el deporte es de contacto, hay que tener especial cuidado con los aparatos voluminosos ya que si le dan un golpe le pueden hacer más daño. Si el aparato es removible, puede retirarlo para hacer ese deporte de riesgo.

El coste de un tratamiento es algo que siempre nos preocupa, pero para ello es necesario realizar una primera valoración por nuestros especialistas para ver tu caso en particular.

En DENTISANA ofrecemos varias formas de pago flexibles como por ejemplo financiación sin intereses o descuento por pronto pago. Y si ninguna de estas facilidades se adapta a tus necesidades, nos adaptamos a ti para que el coste no sea un problema.

Normalmente los aparatos que se utilizan son de quita y pon por lo que podrá retirarlo para tocar el instrumento en el caso de que le interfiera en la práctica.

El tratamiento de ortodoncia es necesario cuando hay una malposición de los dientes o un problema en el desarrollo de los huesos maxilares, ya que ambas pueden producir deformidades faciales, mayor tendencia a caries y a la inflamación de las encías, dificultad para la masticación, desgastes o fracturas indeseadas y un problema estético.

El tratamiento de ortodoncia es necesario cuando hay una malposición de los dientes o un problema en el desarrollo de los huesos maxilares, ya que ambas pueden producir deformidades faciales, mayor tendencia a caries y a la inflamación de las encías, dificultad para la masticación, desgastes o fracturas indeseadas y un problema estético.

Lo más importante de la ortodoncia es realizar un buen diagnóstico basado en un estudio con fotos y radiografías y un plan de tratamiento antes de colocar cualquier tipo de ortodoncia. Una vez establecidos los objetivos de tratamiento, decidimos con qué tipo de ortodoncia queremos realizarlo.

El tratamiento con brackets de baja fricción se basa en los brackets clásicos que llevan utilizándose toda la vida y, por lo tanto, se ha demostrado a lo largo de los años su eficacia y efectividad, siempre y cuando esté en manos de un ortodoncista experimentado como es el caso de la doctora Alba Roca.

Esto no difiere de cualquier tipo de ortodoncia, ya que depende del tipo de tratamiento que estamos buscando. Los brackets se suelen utilizar para un tratamiento de segunda fase de ortodoncia correctiva, por lo que podemos iniciar el tratamiento en el momento en el que el paciente tiene la mayoría de los dientes permanentes presentes en boca.

Quiere decir que por el diseño del bracket, que difiere de los brackets clásicos, hay una baja fricción entre el alambre que colocamos y el bracket en sí, lo que nos permite ejercer fuerzas más ligeras, provocar menos molestias y mover los dientes más rápido.

Durante los primeros días tras la colocación de los brackets, notarás un poco de presión y, cómo se están empezando a mover los dientes, puedes sentir ciertas molestias sobre todo al masticar, por lo que es recomendable seguir una dieta más blanda durante los primeros días. Estas molestias suelen durar como máximo 7 días.

Por otra parte, al abultar los brackets hacia la parte interior de las mejillas y los labios, pueden aparecer aftas o llagas en esa zona hasta que se acostumbre tu boca. Recomendamos usar cera de ortodoncia durante los primeros meses de tratamiento para evitar cualquier roce.

Al tener los brackets por la parte de fuera, no influye casi en el habla porque no contactan con la lengua, por lo que podrás hablar sin problemas desde el priner día. Respecto a la comida, primero recomendamos comer dieta blanda para evitar molestias al masticar y, una vez hayas mejorado, podrás comer con normalidad exceptuando alimentos muy duros, crujientes o pegajosos.

Con la ortodoncia de baja fricción, por lo general, las revisiones se realizan cada 6 u 8 semanas, dependiendo del momento del tratamiento en el que nos encontremos.

Por lo general hay que tener una higiene más cuidadosa y se debe acudir a las revisiones necesarias con la odontóloga general, que normalmente suele ser necesaria cada 6 meses.

Además, con los brackets hay que tener mucho cuidado de no comer cosas duras, pegajosas o crujientes para evitar dañar o romper el aparato.

No suele ser habitual, pero puede pasar que se despegue algún bracket durante el tratamiento por comer algo duro sin querer. En ese caso, si no molesta nos avisáis, pero no suele ser necesario venir a la clínica. En el caso de que moleste, sí que os indicamos que vengáis de urgencia para que no tengáis que esperar hasta la siguiente visita.

Depende de cada caso, pero el tratamiento con brackets suele tener una duración de entre 14 y 24 meses.

La duración del tratamiento que estimará la especialista es aproximada. En ocasiones se puede tanto alargar como acortar respecto a la duración planificada. Esto depende principalmente de dos factores. El primero es la colaboración por parte del paciente, que es fundamental para poder conseguir los objetivos planificados.

El segundo factor es que cada paciente es individual y tiene unas características anatómicas y biológicas específicas, por lo que en unos pacientes los movimientos se producen más rápido que en otros.

Los dientes siempre están en continuo movimiento, incluso cuando no hemos llevado ortodoncia. Por ello es importante saber que la fase de retención posterior al tratamiento de ortodoncia es “para siempre”. Al finalizar el tratamiento colocaremos los retenedores, tanto fijos como removibles, y además realizaremos revisiones periódicas para realizar el mantenimiento de los mismos y poder detectar a tiempo cualquier pequeño movimiento que se esté produciendo en la boca. Para ello realizamos un registro en 3D con nuestro escáner intraoral iTero y lo superponemos con el de tu última visita, así podemos observar si ha habido algún cambio en tus dientes por pequeño que sea.

El coste de un tratamiento es algo que siempre nos preocupa, pero para ello es necesario realizar una primera valoración por nuestros especialistas para ver tu caso en particular.

En DENTISANA ofrecemos varias formas de pago flexibles como por ejemplo financiación sin intereses o descuento por pronto pago. Y si ninguna de estas facilidades se adapta a tus necesidades, nos adaptamos a ti para que el coste no sea un problema.

El tratamiento de ortodoncia es necesario cuando hay una malposición de los dientes o un problema en el desarrollo de los huesos maxilares, ya que ambas pueden producir deformidades faciales, mayor tendencia a caries y a la inflamación de las encías, dificultad para la masticación, desgastes o fracturas indeseadas y un problema estético.

Lo más importante de la ortodoncia es realizar un buen diagnóstico basado en un estudio con fotos y radiografías y un plan de tratamiento antes de colocar cualquier tipo de ortodoncia. Una vez establecidos los objetivos de tratamiento, decidimos con qué tipo de ortodoncia queremos realizarlo.

Hoy en día, la ortodoncia con alineadores, en concreto con la técnica Invisalign®, ha avanzado mucho y los resultados son equiparables a cualquier otro tipo de ortodoncia siempre y cuando esté en manos de un ortodoncista experimentado como es el caso de la doctora Alba Roca.

Esto no difiere de cualquier tipo de ortodoncia, ya que depende del tipo de tratamiento que estamos buscando.

Si vamos a realizar un tratamiento de primera fase en un niño en crecimiento, la edad mínima suele ser los 6 años.

Para un tratamiento de segunda fase de ortodoncia correctiva, en el momento en el que el paciente tiene la mayoría de los dientes permanentes presentes en boca normalmente podemos iniciar el tratamiento conveniente.

La ortodoncia con alineadores suele ser la mejor opción para todos los pacientes niños, adolescentes o adultos, siempre que esté indicado este tipo de ortodoncia. Las principales ventajas son la comodidad (al comer y al cepillarse los dientes lo retiramos y podemos hacerlo con normalidad), las urgencias (adaptan perfectamente y no rozan) y la estética (son muy discretos, prácticamente inapreciables por otras personas).

Sí. Invisalign consiste en unos alineadores transparentes hechos perfectamente a medida a partir de un escaneado 3D de tu boca. Además, al poder retirarte los alineadores para comer y para cepillarte los dientes, podrás hacerlo con total normalidad como si no llevases nada.

Por norma general la molestia que se siente es inapreciable. En el peor de los casos puedes sentir molestias en los dientes al masticar durante las primeras horas después de colocar un alineador nuevo.

Por supuesto. El primer día puedes notar que salivas un poco más y que te encuentras raro al hablar, pero al día siguiente ya te habrás acostumbrado. Además, a diferencia de los tratamientos de ortodoncia tradicionales, no hay limitaciones en cuanto a comidas ya que los alineadores se retiran para comer.

Con Invisalign, por lo general, las revisiones se realizan cada 6 u 8 semanas, dependiendo del momento del tratamiento en el que nos encontremos.

Por lo general hay que tener una higiene más cuidadosa y se debe acudir a las revisiones necesarias con la odontóloga general, que normalmente suele ser necesaria cada 6 meses.

Como en todos los casos de ortodoncia, primero realizamos un estudio de ortodoncia con fotografías, radiografías y escáner 3D de tu boca para poder diagnosticar tu caso en concreto. Seguidamente, realizamos un plan de tratamiento virtual sobre el escáner 3D de tus dientes y planificamos todos los movimientos necesarios para poder conseguir los objetivos del tratamiento establecidos contigo. Cuando tenemos el plan de tratamiento virtual perfectamente detallado, ponemos en marcha la fabricación de los alineadores y en cuestión de días los recibimos en la clínica para poder iniciar tu tratamiento.

Depende de cada caso, pero el tratamiento con alineadores suele tener una duración de entre 6 y 24 meses.

La duración del tratamiento que estimará la especialista es aproximada. En ocasiones se puede tanto alargar como acortar respecto a la duración planificada. Esto depende principalmente de dos factores. El primero es la colaboración por parte del paciente, que es fundamental para poder conseguir los objetivos planificados.

El segundo factor es que cada paciente es individual y tiene unas características anatómicas y biológicas específicas, por lo que en unos pacientes los movimientos se producen más rápido que en otros.

Principalmente la comodidad. Por una parte, al tener que retirarlos para comer y para cepillarte los dientes podrás hacerlo con total normalidad y podrás comer todo lo que te apetezca. Por otra parte, no suelen producir molestias y rozaduras como los aparatos convencionales.

Además, realizamos un plan de tratamiento virtual personalizado basado en un escáner 3D que se transmite a los alineadores con total exactitud por lo que podemos individualizar el tratamiento y hace que el resultado sea mucho más predecible.

Por último, al ser un plástico transparente perfectamente adaptado a tus dientes, suele pasar desapercibido para otras personas siendo prácticamente invisible.

En algunos casos de niños o adolescentes pedimos unos indicadores de cumplimiento, que es un puntito azul en cada alineador que con el uso se va aclarando. Aun así, si el alineador se usa las horas recomendadas, 22 horas al día, al cabo de los días se puede notar que están usados.

De todas maneras, si vemos que los alineadores ajustan perfectamente y que los dientes se están moviendo según lo previsto es que el tratamiento evoluciona correctamente. Si algún alineador se lo ha puesto un poco menos pero todo ajusta bien, no pasa nada, aunque esto no se lo diremos a tu hijo/a. =)

Prácticamente no. Puede ocurrir que uno de los ataches (pequeñas bolitas que van pegadas en algunos dientes donde encaja el alineador) se caiga, pero probablemente no te des cuenta y en la próxima visita te lo recoloquemos.

Otra cosa que puede ocurrir es que un alineador no te lo puedas seguir poniendo porque se rompa o porque lo has perdido. No pasa nada porque como os damos varios alineadores hasta la siguiente revisión, adelantarás el cambio del siguiente alineador que te tocaba y lo llevarás unos días más.

Poniéndote en contacto con nosotros podrás pedir cita para realizar una primera visita de ortodoncia. En esa primera visita te realizaremos unas fotografías, radiografías y escáner intraoral 3D y la doctora Alba Roca te explicará los problemas que presentas y las diferentes alternativas de tratamiento más adecuadas a tus necesidades.

Una vez estén definidos conjuntamente los objetivos del tratamiento, pasamos a realizar un plan de tratamiento virtual sobre el escáner 3D de tus dientes y planificamos todos los movimientos necesarios para poder conseguir dichos objetivos. Cuando tenemos el plan de tratamiento virtual perfectamente detallado, ponemos en marcha la fabricación de los alineadores y en cuestión de días los recibimos en la clínica para poder iniciar tu tratamiento cuanto antes.

Los dientes siempre están en continuo movimiento, incluso cuando no hemos llevado ortodoncia. Por ello es importante saber que la fase de retención posterior al tratamiento de ortodoncia es “para siempre”. Al finalizar el tratamiento colocaremos los retenedores, tanto fijos como removibles, y además realizaremos revisiones periódicas para realizar el mantenimiento de los mismos y poder detectar a tiempo cualquier pequeño movimiento que se esté produciendo en la boca. Para ello realizamos un registro en 3D con nuestro escáner intraoral iTero y lo superponemos con el de tu última visita, así podemos observar si ha habido algún cambio en tus dientes por pequeño que sea.

Con los alineadores no suele haber ningún problema, incluso cuando el deporte es de contacto, ya que van perfectamente adaptados a la boca de cada uno. Además, al abrazar todos los dientes es como si fuese un protector bucal.

Con los alineadores no suele haber ningún problema ya que son muy finos y adaptan perfectamente a la boca de cada uno. En el caso de que interfiera en la práctica, podremos retirarlo sin problemas.

El coste de un tratamiento es algo que siempre nos preocupa, pero para ello es necesario realizar una primera valoración por nuestros especialistas para ver tu caso en particular.

En DENTISANA ofrecemos varias formas de pago flexibles como por ejemplo financiación sin intereses o descuento por pronto pago. Y si ninguna de estas facilidades se adapta a tus necesidades, nos adaptamos a ti para que el coste no sea un problema.

El tratamiento de ortodoncia es necesario cuando hay una malposición de los dientes o un problema en el desarrollo de los huesos maxilares, ya que ambas pueden producir deformidades faciales, mayor tendencia a caries y a la inflamación de las encías, dificultad para la masticación, desgastes o fracturas indeseadas y un problema estético.

Lo más importante de la ortodoncia es realizar un buen diagnóstico basado en un estudio con fotos y radiografías y un plan de tratamiento antes de colocar cualquier tipo de ortodoncia. Una vez establecidos los objetivos de tratamiento, decidimos con qué tipo de ortodoncia podemos realizarlo.

En los pacientes en crecimento, hay ciertos movimientos sobre los huesos que no podemos realizarlos con alineadores, como es el caso de la disyunción maxilar (hacer el paladar más ancho), por lo que en estos casos no estaría indicado el tratamiento con Invisalign.

Pero hay muchos otros movimientos sobre huesos y todos los que se realizan sobre dientes que con alineadores, en concreto con la técnica Invisalign®, los resultados son equiparables a cualquier otro tipo de ortodoncia siempre y cuando esté en manos de un ortodoncista experimentado como es el caso de la doctora Alba Roca.

El tratamiento de primera fase de Invisalign First se puede colocar a partir de los 6 años, siempre y cuando esté indicado este tipo de ortodoncia.

La ortodoncia con alineadores suele ser la mejor opción para todos los pacientes niños o adolescentes, siempre que esté indicado este tipo de ortodoncia. Las principales ventajas son la comodidad (al comer y al cepillarse los dientes lo retiramos y podemos hacerlo con normalidad), las urgencias (adaptan perfectamente y no rozan) y la estética (son muy discretos, prácticamente inapreciables por otras personas).

Además, en el caso de utilizar alineadores como alternativa a un aparato removible, presentan la ventaja de que, si se pierde un alineador o se rompe, podemos cambiar al siguiente alineador o pedir alineadores de sustitución. Sin embargo, si un aparato removible se pierde o se rompe, hay que repararlo o fabricarlo de nuevo con su respectivo coste de laboratorio.

Sí. Invisalign consiste en unos alineadores transparentes hechos perfectamente a medida a partir de un escaneado 3D de tu boca. Además, al poder retirarte los alineadores para comer y para cepillarte los dientes, podrás hacerlo con total normalidad como si no llevases nada.

Por norma general la molestia que se siente es inapreciable. En el peor de los casos se pueden sentir molestias en los dientes al masticar durante las primeras horas después de colocar un alineador nuevo.

Principalmente la comodidad. Por una parte, al tener que retirarlos para comer y para cepillarte los dientes podrás hacerlo con total normalidad y podrás comer todo lo que te apetezca. Por otra parte, no suelen producir molestias y rozaduras como los aparatos convencionales.

Además, realizamos un plan de tratamiento virtual personalizado basado en un escáner 3D que se transmite a los alineadores con total exactitud por lo que podemos individualizar el tratamiento y hace que el resultado sea mucho más predecible.

Por último, al ser un plástico transparente perfectamente adaptado a tus dientes, suele pasar desapercibido para otras personas siendo prácticamente invisible.

En algunos casos de niños o adolescentes pedimos unos indicadores de cumplimiento, que es un puntito azul en cada alineador que con el uso se va aclarando. Aun así, si el alineador se usa las horas recomendadas, 22 horas al día, al cabo de los días se puede notar que están usados.

De todas maneras, si vemos que los alineadores ajustan perfectamente y que los dientes se están moviendo según lo previsto es que el tratamiento evoluciona correctamente. Si algún alineador se lo ha puesto un poco menos, pero todo ajusta bien, no pasa nada, aunque esto no se lo diremos a tu hijo/a. =)

Prácticamente no. Puede ocurrir que uno de los ataches (pequeñas bolitas que van pegadas en algunos dientes donde encaja el alineador) se caiga, pero probablemente no te des cuenta y en la próxima visita te lo recoloquemos.

Otra cosa que puede ocurrir es que un alineador no te lo puedas seguir poniendo porque se rompa o porque lo has perdido. No pasa nada porque como os damos varios alineadores hasta la siguiente revisión, adelantarás el cambio del siguiente alineador que te tocaba y lo llevarás unos días más.

Poniéndote en contacto con nosotros podrás pedir cita para realizarle una primera visita de ortodoncia a tu hijo/a. En esa primera visita le realizaremos unas fotografías, radiografías y escáner intraoral 3D y la doctora Alba Roca os explicará los problemas que presenta y las diferentes alternativas de tratamiento más adecuadas a sus necesidades.

Una vez estén definidos conjuntamente los objetivos del tratamiento, pasamos a realizar un plan de tratamiento virtual sobre el escáner 3D de tus dientes y planificamos todos los movimientos necesarios para poder conseguir dichos objetivos. Cuando tenemos el plan de tratamiento virtual perfectamente detallado, ponemos en marcha la fabricación de los alineadores y en cuestión de días los recibimos en la clínica para poder iniciar su tratamiento cuanto antes.

Con los alineadores no suele haber ningún problema, incluso cuando el deporte es de contacto, ya que van perfectamente adaptados a la boca de cada uno. Además, al abrazar todos los dientes es como si fuese un protector bucal.

Con los alineadores no suele haber ningún problema ya que son muy finos y adaptan perfectamente a la boca de cada uno. En el caso de que interfiera en la práctica, podremos retirarlo sin problemas.

El coste de un tratamiento es algo que siempre nos preocupa, pero para ello es necesario realizar una primera valoración por nuestros especialistas para ver tu caso en particular.

En DENTISANA ofrecemos varias formas de pago flexibles como por ejemplo financiación sin intereses o descuento por pronto pago. Y si ninguna de estas facilidades se adaptan a tus necesidades, nos adaptamos a ti para que el coste no sea un problema.

El tratamiento de ortodoncia es necesario cuando hay una malposición de los dientes o un problema en el desarrollo de los huesos maxilares, ya que ambas pueden producir deformidades faciales, mayor tendencia a caries y a la inflamación de las encías, dificultad para la masticación, desgastes o fracturas indeseadas y un problema estético.

Lo más importante de la ortodoncia es realizar un buen diagnóstico basado en un estudio con fotos y radiografías y un plan de tratamiento antes de colocar cualquier tipo de ortodoncia. Una vez establecidos los objetivos de tratamiento, decidimos con qué tipo de ortodoncia queremos realizarlo.

Lo más importante es que el tratamiento lo lleve a cabo un ortodoncista debidamente experimentado, como es el caso de nuestra doctora Alba Roca.

Por norma general, suelen haber molestias durante las primeras semanas después de haber colocado la ortodoncia y unos días después de cada revisión. Estas molestias suelen ocurrir durante la masticación, por lo que con una dieta más blanda suelen suavizarse.

Los primeros días, al tener los brackets por la parte de la lengua, te notarás raro al hablar, pero en cuestión de semanas te habrás acostumbrado y hablarás con normalidad. Lo mismo ocurre con la comida, primero recomendamos comer dieta blanda para evitar molestias y, una vez hayas mejorado, podrás comer con normalidad exceptuando alimentos muy duros, crujientes o pegajosos.

Como en todos los casos de ortodoncia, primero realizamos un estudio de ortodoncia con fotografías, radiografías y escáner 3D de tu boca para poder diagnosticar tu caso en concreto. Seguidamente, realizamos un plan de tratamiento junto con los técnicos de laboratorio. Una vez tenemos el plan definitivo, ponemos en marcha la fabricación de los brackets linguales y los arcos a medida y en cuestión de días los recibimos en la clínica para poder iniciar tu tratamiento.

Por lo general hay que tener una higiene más cuidadosa y se debe acudir a las revisiones necesarias con la odontóloga general, que normalmente suele ser necesaria cada 6 meses.

Además, con los brackets linguales hay que tener mucho cuidado de no comer cosas duras, pegajosas o crujientes para evitar dañar o romper el aparato.

Sí, ya que se pegan en la cara interna de los dientes. Es el tratamiento más adecuado para personas que le dan una importancia vital a la estética.

Con ortodoncia lingual, por lo general, las revisiones se realizan cada 6 u 8 semanas, dependiendo del momento del tratamiento en el que nos encontremos.

Depende de cada caso, pero el tratamiento con ortodoncia lingual suele tener una duración de entre 18 y 36 meses.

La duración del tratamiento que estimará la especialista es aproximada. En ocasiones se puede tanto alargar como acortar respecto a la duración planificada. Esto depende principalmente de dos factores. El primero es la colaboración por parte del paciente, que es fundamental para poder conseguir los objetivos planificados.

El segundo factor es que cada paciente es individual y tiene unas características anatómicas y biológicas específicas, por lo que en unos pacientes los movimientos se producen más rápido que en otros.

Los dientes siempre están en continuo movimiento, incluso cuando no hemos llevado ortodoncia. Por ello es importante saber que la fase de retención posterior al tratamiento de ortodoncia es “para siempre”. Al finalizar el tratamiento colocaremos los retenedores, tanto fijos como removibles, y además realizaremos revisiones periódicas para realizar el mantenimiento de los mismos y poder detectar a tiempo cualquier pequeño movimiento que se esté produciendo en la boca. Para ello realizamos un registro en 3D con nuestro escáner intraoral iTero y lo superponemos con el de tu última visita, así podemos observar si ha habido algún cambio en tus dientes por pequeño que sea.

El coste de un tratamiento es algo que siempre nos preocupa, pero para ello es necesario realizar una primera valoración por nuestros especialistas para ver tu caso en particular.

En DENTISANA ofrecemos varias formas de pago flexibles como por ejemplo financiación sin intereses o descuento por pronto pago. Y si ninguna de estas facilidades se adaptan a tus necesidades, nos adaptamos a ti para que el coste no sea un problema.

El tratamiento de ortodoncia es necesario cuando hay una malposición de los dientes o un problema en el desarrollo de los huesos maxilares, ya que ambas pueden producir deformidades faciales, mayor tendencia a caries y a la inflamación de las encías, dificultad para la masticación, desgastes o fracturas indeseadas y un problema estético.

Lo más importante de la ortodoncia es realizar un buen diagnóstico basado en un estudio con fotos y radiografías y un plan de tratamiento antes de colocar cualquier tipo de ortodoncia. Una vez establecidos los objetivos de tratamiento, decidimos con qué tipo de ortodoncia queremos realizarlo y si el tratamiento combinado con cirugía ortognática está indicado en tu caso.

Lo más importante es que el tratamiento lo lleve a cabo un ortodoncista debidamente experimentado, como es el caso de nuestra doctora Alba Roca.

Como todas las maloclusiones son de origen multifactorial. En algunos casos depende mucho de la genética, agravada por un problema durante el crecimiento que no se ha tratado de manera precoz. Por esto es muy importante ver a los pacientes desde pequeños porque si detectamos problemas esqueléticos a edades tempranas podemos evitar que el problema se agrave con el crecimiento y que, en la medida de lo posible, lleguemos a una situación tan severa que requiera de cirugía ortognática para poder ser tratada.

Antes de comenzar, realizaremos un estudio detallado y haremos una interconsulta con el cirujano maxilofacial que te operará, para poder establecer un diagnóstico exacto y un plan de tratamiento individualizado.

Primero colocaremos la ortodoncia para poder alinear los dientes y colocarlos correctamente respecto a sus bases óseas. Una vez vemos junto con el cirujano maxilofacial que los dientes están pefectamente colocados para los movimientos óseos que hemos planificado, se realizará la operación de cirugía ortognática con la ortodoncia en boca, y posteriormente realizaremos el acabado final del tratamiento.

Depende de cada caso, pero el tratamiento combinado suele tener una duración de entre 18 y 36 meses.

La duración del tratamiento que estimará la especialista es aproximada. En ocasiones se puede tanto alargar como acortar respecto a la duración planificada. Esto depende principalmente de dos factores. El primero es la colaboración por parte del paciente, que es fundamental para poder conseguir los objetivos planificados.

El segundo factor es que cada paciente es individual y tiene unas características anatómicas y biológicas específicas, por lo que en unos pacientes los movimientos se producen más rápido que en otros.

Por lo general, las revisiones se realizan cada 4 u 8 semanas, dependiendo del tipo de ortodoncia que lleves y del momento del tratamiento en el que nos encontremos.

Por lo general hay que tener una higiene más cuidadosa y se debe acudir a las revisiones necesarias con la odontóloga general, que normalmente suele ser necesaria cada 6 meses.

Además, con algún tipo determinado de ortodoncia como pueden ser los brackets, hay que tener mucho cuidado de no comer cosas duras, pegajosas o crujientes para evitar dañar o romper el aparato.

La cirugía se realiza con anestesia general y la lleva a cabo el cirujano maxilofacial con su equipo en el hospital. La cirugía suele durar alrededor de 4 horas y después, dependiendo del caso, hay que quedarse en el hospital para controlar las horas posteriores a la cirugía.

Este tipo de cirugía se puede realizar una vez el paciente ha finalizado completamente su crecimiento. En los chicos a partir de los 20 años y en las chicas de los 18 años, aunque puede depender de cada caso en particular.

Los dientes siempre están en continuo movimiento, incluso cuando no hemos llevado ortodoncia. Por ello es importante saber que la fase de retención posterior al tratamiento de ortodoncia es “para siempre”. Al finalizar el tratamiento colocaremos los retenedores, tanto fijos como removibles, y además realizaremos revisiones periódicas para realizar el mantenimiento de los mismos y poder detectar a tiempo cualquier pequeño movimiento que se esté produciendo en la boca. Para ello realizamos un registro en 3D con nuestro escáner intraoral iTero y lo superponemos con el de tu última visita, así podemos observar si ha habido algún cambio en tus dientes por pequeño que sea.

El coste de un tratamiento es algo que siempre nos preocupa, pero para ello es necesario realizar una primera valoración por nuestros especialistas para ver tu caso en particular.

En DENTISANA ofrecemos varias formas de pago flexibles como por ejemplo financiación sin intereses o descuento por pronto pago. Y si ninguna de estas facilidades se adaptan a tus necesidades, nos adaptamos a ti para que el coste no sea un problema.

El tipo de prótesis necesaria depende de muchos factores, como por ejemplo de si buscamos reponer piezas dentales perdidas o solo una parte de un diente, de si la prótesis va a ir anclada a los dientes naturales o a implantes, de si está en una zona estética o en una zona posterior, etc. La doctora especialista te recomendará el tipo de prótesis más adecuada para tu caso en particular después de realizar un estudio detallado y personalizado. Pide cita de primera visita en Dentisana para que te podamos informar con más detalle.

Después de colocar algún tipo de prótesis dental, es normal que tengas una sensación extraña y no te sientas cómodo por completo. Hay que pasar un periodo de adaptación que va desde unos días a unas semanas para que puedas acostumbrarte y ya podrás hablar y comer con total normalidad como si de un diente tuyo natural se tratase.

Como cualquier pieza dental natural, es fundamental mantener una buena higiene oral y acudir a las revisiones periódicas pautadas por la doctora especialista. Debemos evitar el acúmulo de bacterias alrededor de las prótesis ya que podrían causarnos algún tipo de infección o inflamación, incluso deteriorar el estado de la prótesis dental.

Las prótesis se realizan con materiales muy resistentes para que duren muchos años. En ocasiones, por ejemplo, pueden desajustarse o, si van colocadas sobre dientes, puede hacerse caries debajo y puede ser necesario cambiarlas. Por esta razón es muy importante acudir a las revisiones periódicas pautadas por la doctora especialista para poder detectar cualquier problema de manera precoz y poder ponerle solución cuanto antes.

En el caso de una corona, por ejemplo, puede ser necesaria porque queda muy poca estructura dental debido a una caries o a un fuerte desgaste y el diente necesita protección para evitar romperse y necesita volver a tener la forma ideal para realizar correctamente la función de masticación.

En el caso de sustituir a una pieza dental, como por ejemplo una prótesis sobre implantes, es necesaria para poder masticar correctamente con todos los dientes y no dejar que se vaya atrofiando la zona donde no hay dientes ya que no se está estimulando funcionalmente.