¿Notas que tu mordida no encaja del todo bien? ¿Sientes que no acabas de tener una buena higiene bucodental? Si identificas estos signos puede que tengas una maloclusión o, como también es conocida, una mala alineación dental, un problema muy común y que puede ir más allá de la estética.
Mantener una correcta alineación dental es fundamental para nuestra salud bucodental y bienestar general, pues esta influye directamente en funciones esenciales como el habla, la masticación e incluso la respiración. Cuando la maloclusión no se corrige a tiempo, puede empeorar con el paso del tiempo, derivando en problemas más serios como el desgaste prematuro de los dientes o tensiones musculares en la articulación temporomandibular.
Es por ello que desde Dentisana, tu Clínica Dental en Ruzafa, te explicamos todo sobre la maloclusión dental, qué es, sus tipos y tratamientos que existen. Si estás interesado en conocer más y poder corregir tu sonrisa, ¡sigue leyendo para descubrir todo lo que necesitas saber!
¿Qué es la maloclusión dental?
La maloclusión dental se entiende como una mala alineación de los dientes que impide que la mordida encaje correctamente. Normalmente, se produce cuando existe una diferencia de tamaño entre la mandíbula superior e inferior o entre los propios dientes. Esto provoca que los dientes se solapen, se apiñen o se queden demasiado separados.
Como veremos más adelante, una correcta alineación dental es esencial ya que un desajuste de la misma no solo afecta a la estética de la sonrisa, sino que también interfiere en funciones básicas como masticar, hablar o incluso respirar correctamente.
Es por ello que, detectar y corregir la maloclusión dental a tiempo es esencial para mejorar la calidad de vida y, a largo plazo, evitar problemas bucodentales mayores.
«La maloclusión dental se entiende como una mala alineación de los dientes que impide que la mordida encaje correctamente debido a una diferencia de tamaño entre la mandíbula superior e inferior o entre los propios dientes»
Tipos de maloclusiones dentales
Existen distintos tipos de maloclusiones dentales; algunas se detectan fácilmente por su impacto estético, mientras que otras pueden permanecer ocultas hasta que generan dolor en el paciente. Por ello, es importante saber identificarlas y actuar a tiempo antes de que puedan producir daños más severos.
Podemos dividir los tipos de maloclusiones en tres grupos:
Maloclusiones dentales verticales
Las maloclusiones dentales verticales son alteraciones en la posición de los dientes en el plano vertical, es decir, en la relación de altura entre las arcadas superior e inferior cuando se produce el cierre bucal. Afectan directamente al engranaje oclusal y pueden interferir en la función masticatoria, el habla y la estética facial.
Teniendo en cuenta estos aspectos, podemos dividir las maloclusiones dentales verticales en tres subgrupos:
- Mordida abierta: existencia de un espacio más grande de lo normal entre los incisivos superiores e inferiores.
- Sobremordida: cuando la boca está cerrada y los dientes del arco superior cubren los dientes inferiores.
- Mordida de borde a borde: se caracteriza por el contacto directo entre los incisivos superiores e inferiores al cerrar la boca.
Maloclusiones dentales transversales
Las maloclusiones dentales transversales hacen referencia a las alteraciones en la alineación de las arcadas dentales en el plano horizontal o transversal, es decir, los problemas que ocurren cuando los dientes superiores e inferiores no encajan correctamente en sentido lateral.
Se pueden distinguir dos tipos de maloclusiones dentales transversales:
- Mordida cruzada: al cerrar la boca el arco superior queda posicionado dentro del arco inferior.
- Mordida de tijera: el arco superior queda por fuera de los dientes inferiores durante el cierre bucal.
Maloclusiones dentales sagitales
Las maloclusiones dentales sagitales son aquellas que afectan la relación anteroposterior entre el maxilar superior y la mandíbula, es decir, los problemas de proyección hacia adelante o hacia atrás de una de las arcadas respecto a la otra. Son las maloclusiones más comunes y las más visibles desde el punto de vista estético.
Las maloclusiones dentales sagitales se pueden dividir en tres subgrupos:
- Maloclusión clase I: A pesar de que en esta clase de maloclusión la relación entre los molares superiores e inferiores es adecuada, existen alteraciones en las posición de los dientes debido al apiñamiento, rotaciones o espaciamientos.
- Maloclusión clase II: Sucede cuando el arco superior está más avanzado que el inferior, pero no necesariamente tiene que haber apiñamiento para que suceda.
- Maloclusión clase III: En este caso es el arco inferior el que está más avanzado que el superior y, al igual que en la anterior clase, no tiene por qué haber apiñamiento.
Causas de la maloclusión dental
La maloclusión dental suele deberse en gran medida a la genética o a ciertos hábitos en la etapa infantil. No obstante, estas no son las únicas causas, entre ellas también podemos encontrar:
- Desajuste entre la mandíbula y los dientes: provoca un apiñamiento dental y, como consecuencia, una alineación incorrecta de los dientes.
- Hábitos como chuparse el dedo o sacar la lengua: la fricción que genera este hábito ocasiona que los dientes superiores sobresalgan hacia fuera.
- Uso excesivo del biberón o chupete: la utilización de estos más allá de la crecida de los incisivos temporales modifican la forma del paladar y hacen que los dientes frontales se desplacen o no encajen correctamente al cerrar la boca.
- Costumbre de morder objetos: esta acción ejerce una presión constante que empuja los dientes fuera de su posición natural y altera la mordida con el tiempo.
- Respiración bucal: respirar por la boca en vez de por la nariz altera la postura de la lengua, la cual es clave para guiar el crecimiento del paladar y de la mandíbula.
- Pérdida de piezas dentales: el vacío que genera esta pérdida favorece a que los dientes adyacentes se deslicen hacia él creando una mala alineación.
Tratamientos para la maloclusión dental
Como ya hemos explicado, la maloclusión dental no solo afecta la estética de la sonrisa, sino también funciones esenciales como la masticación, el habla y la salud de la articulación temporomandibular. Actualmente, gracias a los avances ortodóncicos existen distintos métodos para tratar las maloclusiones dentales.
Sin embargo, no existe un único tratamiento válido para todos los casos. El tipo de ortodoncia recomendado dependerá del grado de desalineación dental, la edad del paciente, sus objetivos estéticos y funcionales, e incluso de su estilo de vida.
Desde opciones discretas como los alineadores transparentes hasta tratamientos más tradicionales o interceptivos en edades tempranas, hoy en día la odontología ofrece soluciones adaptadas para cada necesidad. No obstante, la maloclusión infantil siempre va a ser mucho más fácil de corregir debido a que el desarrollo óseo no ha finalizado su crecimiento y esto simplifica el tratamiento haciendo que sea más efectivo y con mejores resultados a largo plazo.
Teniendo todo esto en cuenta, los tipos de ortodoncia que se pueden utilizar para corregir las maloclusiones dentales son:
Ortodoncia interceptiva
Se trata de un tratamiento preventivo diseñado para niños y adolescentes. Su finalidad es corregir el desarrollo irregular de los dientes y de los huesos actuando antes de que los huesos de la mandíbula y el maxilar terminen de desarrollarse, de este modo se aprovecha el crecimiento natural del paciente y guía el desarrollo óseo de una manera temprana. Entre los tratamientos más eficaces de la ortodoncia interceptiva destacan el aparato Twin Block y el expansor de paladar.
La ortodoncia interceptiva es una gran solución para prevenir posibles problemas a largo plazo. Esto no quiere decir que una vez finalizado el tratamiento no sea necesario el uso de otro tipo de ortodoncia como los brackets o los alineadores invisibles, pero sí que gracias a la ortodoncia interceptiva el proceso será mucho más rápido y sencillo, evitando tratamientos más invasivos.
Brackets tradicionales
La ortodoncia con brackets es de las más conocidas y está formada por pequeñas piezas que se pegan en la parte externa de los dientes y se conectan entre sí con un arco, ejerciendo una fuerza constante para moverlos al sitio deseado. Los brackets tradicionales corrigen cualquier tipo de maloclusión y han demostrado ser resistentes y eficaces.
Normalmente este tipo de ortodoncia es metálica, pero si se busca una opción más discreta siempre se puede optar por los fabricados a partir de cerámica o zafiro para que se mimeticen con el color del diente.
Brackets linguales
La ortodoncia lingual, al igual que los brackets tradicionales, funcionan mediante la aplicación de una fuerza constante y controlada sobre los dientes para moverlos progresivamente hacia la posición deseada. La diferencia es que los brackets linguales se colocan en la parte interna de los dientes siendo así una versión mucho más discreta de los brackets tradicionales.
A pesar de que su ubicación sea menos visible, este tipo de ortodoncia no pierde eficacia ni resistencia frente a los tratamientos tradicionales. De hecho, su posición interna permite un control preciso del movimiento dental, lo que los convierte en una excelente opción incluso en casos de maloclusiones complejas.
Ortodoncia invisible
La ortodoncia invisible consiste en la colocación de unos alineadores transparentes y removibles que están hechos a medida y se adaptan perfectamente a los dientes del paciente. Estos alineadores se cambian cada 2 semanas aproximadamente y van moviendo los dientes gradualmente hasta alcanzar el resultado deseado.
Al ser removibles es una opción muy cómoda y adaptable a cualquier estilo de vida, asímismo gracias a su transparencia también hace que sea una opción más discreta. Además, los alineadores invisibles han demostrado una alta eficacia en la corrección de los diferentes tipos de maloclusiones, incluso en casos complejos, logrando resultados comparables a los brackets tradicionales.
Posibles consecuencias de no tratar una maloclusión dental
No tratar la maloclusión dental puede tener grandes consecuencias negativas y no solo a nivel estético, sino que también puede tener un gran impacto en la salud bucodental del paciente.
Entre las posibles consecuencias de no tratar una maloclusión dental encontramos:
- Bruxismo: el desgaste dental provocado por el bruxismo puede debilitar considerablemente los dientes, haciéndolos más sensibles y frágiles.
- Dificultades en la higiene bucodental: cuando se tiene una mala alineación dental o malposiciones, como el apiñamiento, la limpieza dental diaria se puede ver afectada y no ser realizada de manera eficaz.
- Caries y patologías periodontales: una mala higiene dental favorece la acumulación de placa, causando caries y problemas en las encías.
- Dolor en la mandíbula: al no encajar correctamente los maxilares ejercen una presión excesiva en la articulación temporomandibular causando dolor a la hora de morder y masticar.
- Problemas respiratorios: la incorrecta posición de los huesos maxilares puede conllevar a respirar por la boca, roncar o incluso generar apnea del sueño.
- Dolores cefálicos y cervicales: debido a la posición incorrecta de los huesos, estos pueden hacer un sobreesfuerzo y causar dolor en la cara, el oído, el cuello e incluso la espalda.
Preguntas frecuentes sobre la maloclusión dental
Sabemos que la maloclusión dental puede generar muchas dudas. Por eso, hemos reunido las preguntas más frecuentes que suelen hacernos nuestros pacientes en consulta para ayudarte a comprender mejor esta condición y resolver cualquier duda que puedas tener:
¿Cómo saber si tengo maloclusión?
Para saber si tienes maloclusión pueden haber factores perceptibles a la vista como el apiñamiento, dientes desviados o que estos sobresalgan. No obstante, no tiene por qué ser estético, también hay otros factores que no son tan notorios como son problemas en el habla, molestias al masticar, dolores en los músculos faciales o en la mandíbula.
¿Cómo se diagnostica la maloclusión dental?
Para diagnosticar la maloclusión se realiza un estudio bucodental en el que se incluyen especialmente radiografías dentales panorámicas o periapicales. Pues, estas proporcionan una visión clara de la estructura ósea y dental del paciente.
¿Es necesario tratar todas las maloclusiones?
Si, es necesario tratar todas las maloclusiones, es más, cuanto antes se traten mejor. Dejar pasar una mala alineación dental puede ser muy perjudicial para nuestra salud bucodental y tener grandes consecuencias como el bruxismo, caries o incluso problemas para masticar.
¿A qué edad se puede realizar un tratamiento de maloclusión?
El tratamiento de maloclusión se puede empezar tan pronto como empiecen a salir los molares permanentes. Alrededor de los 6 años, que es cuando comienzan a salir estos molares, ya se puede empezar hacer estudios de mordida y correcciones leves. Por otro lado, tanto adolescentes como adultos pueden llevar el tipo de ortodoncia más adecuado para ellos independientemente de su edad.
¿Qué hábitos pueden prevenir la maloclusión en niños?
Para prevenir la maloclusión en niños es fundamental evitar hábitos como el uso prolongado del chupete, chuparse el dedo o la respiración oral, ya que pueden interferir en el desarrollo correcto de los dientes y la mandíbula. Además, ofrecer únicamente alimentos blandos de forma habitual limita el estímulo necesario para una adecuada erupción dental.
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